El Danubio en Budapest

El Danubio Azul, un vals para un río

El Danubio es como la Unión Europea hecha río, sus aguas recorren una distancia de 2.888 kilómetros (se dice pronto) a través de nada menos que diez países europeos, y su cuenca abarca otros seis más. Es el segundo río más largo de Europa, tras el Volga ruso, pero es sin duda el más internacional.

Además de largo, es ancho y profundo (lo tiene todo), y por tanto es navegable en gran parte de su extensión. Esto ha hecho que el Danubio esté intrínsecamente vinculado a la formación y desarrollo de la Europa que conocemos actualmente, desde la fundación de grandes capitales e imperios a sus orillas, a su utilización estratégica en las últimas guerras; pasando por el desarrollo comercial centro-europeo y, por supuesto, el desarrollo del turismo.

El Danubio en BratislavaExistió, y existe, una calzada romana que recorría gran parte del Danubio, la Vía Istrum, y que aún se conserva como ruta cicloturista de más de 2.800 kms. El famoso Orient Express que hacía la ruta París-Estambul entre turistas adinerados y asesinatos de Agatha Christie, recorría gran parte del trayecto por la ribera del Danubio. Y las líneas de cruceros fluviales ofrecen visitar las grandes capitales del imperio Austro-Húngaro a través del Danubio. En Viena se bañan en él, en Bratislava le han puesto un castillo y un ovni para observarlo, y en Budapest le han sacado más partido que nadie al crear rutas para ver desde el río sus dos mitades de ciudad.

Por todo esto, el Danubio bien merecía una obra maestra musical.

El vals del Danubio Azul

Haced una prueba: Pedidle alguien que tararee un vals. Me atrevería a decir que hay un 80% de posibilidades de que la melodía resultante sea la de El Danubio Azul. Y no elevo el porcentaje porque cuento con un 5% erudito que querrá interpretar una pieza más compleja, y alrededor de un 15% que se queden en el Eres tú mi príncipe azul.

El Puente de las Cadenas, en Budapest, sobre el DanubioEl Danubio Azul es la pieza más conocida de los 400 valses compuestos por Richard Strauss (vals arriba, vals abajo), y eso que en su origen fue un encargo que pasó con más pena que gloria el día de su estreno, por el rechazo de los interpretes del coro y la indiferencia del público. Sin embargo, cuando Strauss cogió sus partituras y se plantó en la Exposición Universal de París de 1867, El Danubio Azul tuvo un éxito arrollador que se extendió aún más cuando lo volvió a interpretar en una serie de conciertos en Covent Garden, en Londres, frente al Príncipe de Gales. En aquella época sin descargas ni mp3, su partitura fue las más reproducida y distribuida de la historia hasta la fecha.

Desde entonces hasta hoy su fama no ha hecho sino crecer. Si en su época se convirtió en una pieza imprescindible en los salones de distintas cortes, ahora no hay concierto de año nuevo en que no se interprete como parte del programa o a petición del público. Apareció en películas de Disney, en la mítica banda sonora de 2001: Una odisea del espacio o en multitud de anuncios. Se reproduce cada domingo en algún banquete de bodas y es un básico en cualquier orquesta sinfónica o escuela de bailes de salón.

Os dejo disfrutar un momento de la música:

Lo que tal vez no muchos no sabéis es que el Danubio Azul tiene letra. De hecho tuvo dos, la primera fue escrita por un comisario de policía y con tintes políticos (de ahí parte del rechazo original a la pieza), pero más tarde fue sustituida por otra, mucho más bucólica, que habla del recorrido del río por Europa desde la Selva Negra y atravesando montañas, valles, castillos, campos, y, por supuesto, Viena: «Viena te saluda», «No encontrarás otro lugar como Viena», «Mantén tus olas en Viena». No es de extrañar que el vals sea el himno oficioso de la ciudad, si gracias en parte a esta obra, la capital Austriaca es también considerada la capital del Danubio.

El Danubio no tan azul

Embarcaciones en el DanubioUn río que nace en la Selva Negra y desemboca en el Mar Negro, difícilmente podía ser colorido, aun así, el título hace referencia al color que una vez debió tener el Danubio, con aguas tan cristalinas que reflejaban el cielo.

Sin embargo, la degradación del medio ambiente por los vertidos al río, la cantidad de embarcaciones que lo cruzan a diario, o las consecuencias ecológicas de la construcción de la presa y la central hidroeléctrica entre Hungría y Eslovaquia, han provocado que el río que vemos actualmente difícilmente se pueda llamar azul.

No es algo aislado, claro, para quitarle sobriedad al vals original, os dejo con la versión del Danubio Azul que hizo La Trinca en su día para denunciar los colores de los ríos ibéricos, que también tienen lo suyo.

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