No hay que olvidar que este blog tiene una sección de cañas y vistas que se nutre de esos paisajes que mejoran cuando son realzados por el tono dorado de una cerveza (poético, eh?), por eso, aunque ya vimos que son muchos los lugares desde los que admirar las vistas de la ciudad, merece la pena destacar que también hay cervezas en San Francisco.
Para no andar con rodeos: id a Sausalito. Esta pequeña ciudad situada al otro lado del puente del Golden Gate, con su paseo marítimo, sus casas flotantes y sus bares y restaurantes en la orilla de la bahía, es uno de los mejores lugares para sentarse a tomar algo y dejarse llevar por las vistas, como muestra la imagen principal de esta entrada tomada en la terraza de The Trident.
Pero si no queréis ir lejos, no hay que moverse del centro de San Francisco. El Cityscape Bar está situado en el piso 46 de la torre más alta del Hotel Hilton en Union Square, y todas sus mesas están orientadas hacia los ventanales desde los que puedes, por ejemplo, pasar un buen rato identificando los edificios del distrito financiero mientras tomas una pinta. Durante la happy hour, dos.
Tampoco hacen falta grandes vistas para disfrutar de las cervezas en San Francisco. Contra todo pronóstico, la ciudad cuenta con una amplia historia cervecera con sus propios productos artesanos y locales especializados. Nos gustó mucho, por ejemplo, la cervecería 21st Amendment, situada en el distrito de SOMA. Su irónico nombre hace referencia a la enmienda de la ley seca y ofrece una gran variedad de cervezas artesanas (y por variedad hablamos de un número incontable de grifos y latas propias) y muy buena comida.
Otro ejemplo: situada en una esquina el barrio hippy de Haight-Ashbury, la cervecería Magnolia también hace gala de cervezas artesanas y de mantener el espíritu del «momento mágico de los 60s». No me lo invento yo, lo ponen hasta en los posavasos, pero es que con esos ventanales que dan justo a los murales del verano del amor, otra cosa no se puede hacer.
Y todo esto, sin hablar de esos vinos del Valle de Napa que nos hemos metido entre pecho y espalda…