De entre todas las historias de ficción que han tenido lugar en las calles de San Francisco, una de las más míticas y apasionantes es la que protagonizó el detective privado Sam Spade y un puñado de delincuentes en busca de una misteriosa figura: El Halcón Maltés. Este ha sido mi libro de cabecera durante mi viaje a San Francisco, una buena forma de ponerle una trama policíaca a los paisajes que veía mientras hacía turismo.
La novela El Halcón Maltés
El Halcón Maltés es un clásico que fue publicado hace la friolera de 88 años, pero aún se sigue leyendo muy bien. Y aunque la trama y los giros de la historia nos pueden parecer llenos de tópicos -el detective canalla, la femme fatale, el matón, las persecuciones y las sorpresas-, lo son porque prácticamente se inventaron en esta novela para ser copiados y reinventados una y otra vez por la literatura negra que vendría después.
El escritor Dashiell Hammett escribió la novela en 1930 y la publicó por fascículos en una revista antes de convertirse en un éxito mundial. Para el personaje principal, además de ponerle su segundo nombre -Samuel- se inspiró en su propia y breve experiencia como detective privado en San Francisco, creando un personaje que serviría luego para definir a otros muchos detectives como Philip Marlowe, y todos los tipos duros y un poco cínicos que se os vengan a la mente.
Hammett situó el origen de la historia lejos de San Francisco: El Halcón Maltés es una reliquia que pretendía ser un regalo de los Caballeros de la Orden de Malta al Emperador Carlos V como parte del pago que reconocía la soberanía española sobre Malta. Sin embargo, por esas cosas de la literatura, la estatuilla acaba en San Francisco y Sam Spade se ve involucrado accidentalmente en su complicada búsqueda por la ciudad.
El Halcón Maltés en San Francisco
La novela está llena de referencias y direcciones de las calles de San Francisco, por lo que es bastante fácil seguir los pasos de Sam Spade. Sus andanzas son un ir y venir en torno a Union Square y las calles Kearny, Powell, Bush, Post, etc. Se puede reconocer, por ejemplo, que se encuentra con el misterioso Cairo en el Teatro Geary; se dice que se apea del tranvía en Hyde Street para ir a su apartamento, o que sigue el rastro de la chica por la Avenida Van Ness. Hay incluso quien ha creado itinerarios para visitar algunos de estos escenarios.
Sin embargo, lo que no se menciona es la dirección exacta de la oficina de Sam Spade, pero gracias a indicaciones de sus movimientos como esta:
Spade dejó atrás el edificio de su oficina y, pasando por un callejón y un patio estrecho, se encaminó a Kearny y luego a Post Street.
los fans y expertos han determinado que la agencia de detectives debía estar situada en el edificio Hunter-Dulin, en el número 111 de la calle Sutter con Montgomery.
Lo que sí está claro es que en el callejón Burritt, casi donde la calle Bush pasa sobre la calle Stockton, muy cerca de Chinatown, está el lugar donde se desencadena la trama. Allí hay una placa que lo recuerda, destripando de paso el final del libro, en un insólito caso de spoiler callejero, si es que podemos hablar de spoilers 80 años después de publicada la obra, pero por si acaso, si no conocéis la historia, no leáis la inscripción de la foto.
El Halcón Maltés en el cine
El Halcón Maltés ha sido adaptado al cine en cuatro ocasiones, pero la que sin duda ha permanecido en la retina de la cultura popular es la que protagonizó Humpfrey Bogart en 1941, dirigida por John Huston y considerada la primera película de cine negro de la historia y una de las primeras de la interminable lista de películas en San Francisco.
En los once años que pasaron desde que se publicó el libro hasta que se rodó la película, algunas cosas habían cambiado en el perfil de San Francisco: en el film ya podemos ver el Puente del Golden Gate y el Puente de la Bahía, construidos ambos en la década de los 30.
También forman parte de los paisajes reconocibles el Ferry Building, los pocos rascacielos que había en el distrito financiero en la época, o el mencionado cruce de las calles Bush y Stockton.
Lo dicho, son muchas las novelas o películas que podéis leer o ver para preparar vuestra visita a San Francisco, pero puestos a elegir una, no estaría mal que fuera el gran clásico del género negro.