¿Os acordais de cuando no nos dejaban usar los móviles en el avión y nunca llegamos a entender exactamente por qué?

Era un misterio de la aviación, como el de preguntarse si realmente habrá un chaleco salvavidas debajo de tu asiento o qué te hacen en la clase business para que sea tan cara. Aún así, apagábamos nuestros teléfonos obedientemente no fuera a ser que se estrellase el avión porque nuestra madre nos mandara un sms de «llama cuando llegues».
En esta parodia antigua que he rescatado de youtube, los pasajeros desconfiaban y preguntaban todo lo que nosotros nunca nos atrevimos a preguntar por si el comandante nos bajaba del avión, que menudos son, pregúntale a Melendi:

Bueno, pues por si alguno aún no se ha enterado, desde hace algún tiempo ya somos libres de agravar nuestra adicción al movil incluso en el avión. Y no solo eso, el pasado fin de semana volé a Tenerife con Iberia Express y además de poder sacar la foto de este post sin miedo a que me viera la azafata, descubrí que tienen una red de wifi interna para que los pasajeros puedan tener acceso a entretenimiento a bordo con sus propios dispositivos. Se llama Immfly y según he leído después, es un producto de una start up española que se está implantando en los vuelos de corto y medio alcance y te da acceso a periódicos, revistas, series, programas de televisión, algunos gratis y otros de pago. Pero lo que me pareció más interesante, sobre todo para viajeros infrecuentes que no se preparan sus viajes con antelación, es que puedes consultar una guía del destino al que vuelas con información y ofertas en restaurantes y tiendas. Vamos, que ahora sí que puedo tranquilizar mi conciencia desorganizada con lo de «ya me miraré la guía en el avión».

Claro que ahora la pregunta es ¿y la batería qué? Porque para ser pasajeros modernos, la tarjeta de embarque hay que llevarla en el móvil y enseñarla en el control de seguridad mientras te vas quitando el cinturón. Y luego hay que poner en Facebook que te vas de viaje, y después hacerse un selfie -o varios para lograr que se vea tu cara y el destino en la puerta de embarque al mismo tiempo- y subirlo a Instagram; y luego twitear que hay retraso por un fallo operativo en Barajas. Y más tarde enseñar de nuevo la tarjeta de embarque para subir al avión, y volver a consultarla para comprobar qué asiento te ha tocado porque no has querido pagar suplemento por elegirlo. Y además enviar un whatsapp diciendo que ya vas a despegar y mandar emoticonos de sonrisas y besos… Total, que para cuando despegáis tienes que leerte la Ronda Iberia como toda la vida porque el móvil ya no da más de sí.

Así que hago un llamamiento a las aerolíneas del mundo: Regaladnos una batería adicional o poned enchufes en los aviones. Y puestos a pedir, mejorad vuestras aplicaciones móviles que aún fallan más que el botón del asiento reclinable. Si queréis que seamos viajeros tecnológicos, ponédnoslo fácil, hombre ya.