El día del libro es al sector editorial lo que el día de Reyes a las jugueterías. Se acerca peligrosamente el 23 de abril y las editoriales han sacado su artillería promocional para darlo todo: descuentos, presentaciones, firmas, campañas publicitarias… Y entre tanta oferta -solo en 2016 se publicaron en España 81.391 libros según la agencia del ISBN– ¿Cómo hacer para promocionar un pequeño libro autoeditado?
A falta de una maquinaria editorial, una agencia de publicidad o grandes presupuestos, las opciones de un escritor autoeditado se basan en dos pilares: La autopromoción y el boca a boca.
Viva la autopromoción
Uno de los principales alicientes de escribir un libro, además del amor al arte, es tener, por fin, una excusa para replicar a voz en grito el clásico de la literatura y televisión españolas: “Yo he venido aquí a hablar de mi libro”. En eso consiste básicamente la autopromoción, pero el egocentrismo y la falta de recursos no debe impedir el esbozo de un plan de marketing, que al fin y al cabo consiste «simplemente» en responder a unas cuantas preguntas básicas:
Qué decir
¡Bueno, bonito, barato! ¡Me los quitan de las manos! Algo así. La historia de la venta ambulante no puede estar equivocada.
Los padres de la publicidad ya lo establecieron hace tiempo y se sigue aplicando: lo importante es ser sencillo, conciso, directo, claro. No hay que enredarse en reflexiones complejas, que para eso ya está el libro que has escrito (esperemos que no). Debería poder explicarse en una sola frase en qué consiste tu libro o por qué le va a gustar a tu público.
Sin embargo, añado una particularidad para los libros autoeditados: ese mensaje debe indicar dónde encontrar el libro. Hace poco un amigo me afeó que hiciera publicidad a Amazon, pero de nada sirve que la gente se interese por el libro si no saben dónde encontrarlo. El “Disponible en Amazon” es el “A la venta en farmacias” de los libros autopublicados.
Cómo decirlo
Con palabras, a ser posible. O con imágenes, con vídeos, hasta con emoticonos. La creatividad es clave para enviar el mensaje a tu público y que lo recuerde, y no siempre es necesario un gran presupuesto para lograrlo.
En este caso, la particularidad de la autopromoción está en que hay que medir muy bien el tono. Tal vez la mejor autopromoción es la que se sitúa a medio camino entre el pudor y la vanidad. Ningún departamento de marketing tiene reparos en vender las maravillas de un coche, un yogur, o una tarjeta de crédito, y para ello lo elogian, lo convierten en objeto de deseo y hasta aseguran que te cambiará la vida (todo, por supuesto, dentro de la legalidad). Pero cuando el que emite el mensaje es el que ha fabricado o escrito el propio producto corres el peligro de generar rechazo (¿Os cae bien Alain Afflelou?) o pecar de excesiva modestia. Un mensaje de autopromoción es un constante ejercicio de superar el sonrojo sin llegar a la desfachatez.
Dónde decirlo
Donde esté tu público. Así de simple o de complejo. Los nuevos expertos en marketing digital tienen claro el primer paso: Crear un blog. Es el canal de comunicación personal por excelencia en el mundo digital. Es como tener tu emisora de radio particular o tu propio programa de TV que te permite libertad de contenidos, formatos y frecuencia para expresar tu mensaje como quieras. Es el Aló Presidente de Internet.
El siguiente paso son la redes sociales. Fáciles, económicas, de amplio alcance, las redes son tu mejor amigo en la autopromoción. Imagínate a ti mismo como el clásico “relaciones” de un pub que reparte flyers llamativos en la calle para convencer a los viandantes de que vayan a tu local y se tomen unos gintonics. Es lo mismo, solo que desde casa y sin chupitos gratis.
Eso sí, hay que distinguir en qué calles/redes te sitúas y cómo te comportas en ellas, porque Facebook puede ser una Gran Vía llena de gente en la que no sabes quién quiere ir a tu bar, al cine o al Zara ¿En qué grupos o páginas puedes encontrar a tu público potencial? Instagram es una Plaza de Oriente donde siempre hay gente, sí, pero solo por las vistas ¿Crees puedes llamar la atención hacia tu libro de manera visual? Google + es una M-30, en la que no hay ni un peatón con el que hablar, pero te sitúa muy bien en el mapa. Y Twitter… Twitter es como una de esas concurridas calles de bares de Malasaña o Lavapiés donde lo mismo haces amigos, que te insultan o te detienen, según cómo se dé la noche.
Utiliza la publicidad asequible. Por seguir con el símil callejero, aunque no puedas comprar una lona enorme que cubra un edificio con la imagen de tu libro, siempre puedes hacerte con un vistoso cartel tipo “compro oro”. Estas «micropromociones» en Internet vienen a ser las económicas publicaciones patrocinadas de las redes, o alguna campaña sencilla de Google Adwords. La flexibilidad del presupuesto y las posibilidades de segmentación son tan amplias que ya las quisieran los medios tradicionales.
El boca a boca
La otra pregunta clave que hay que responderse -en realidad la primera- y que afecta a todo el plan de marketing es ¿A quién? ¿Quién es tu público potencial? ¿A quién le puede interesar un libro en general y el tuyo en particular? Piénsalo, descríbelo detenidamente, y centra tus esfuerzos en ellos.
Pero no solo en ellos, también en tus amigos y familiares, claro, que están para las ocasiones, y no solo para que se sientan obligados a comprarte un libro (pobrecitos), sino porque con un poco de suerte, ellos serán los que comiencen a ejercer el boca a boca que debe suplir la falta de recursos de tu plan de marketing. Esto incluye superar la vergüenza de enviar invitaciones a tu perfil o página a todos esos amigos con los que hace tiempo que no hablas (recuerda que ellos no tuvieron reparos en invitarte a jugar al Candy Crush o la granja esa), y continuar con los desconocidos a medida que crece el número de lectores.
Ese boca a boca (o boca-oreja, que dicen los ingleses para evitar incómodos malentendidos) es el que permitirá que otros elogien tu obra sin generar rechazo, que multipliquen exponencialmente tus mensajes sin que te empiecen a llamar «el pesado del libro», y que alcancen a un público potencial cada vez mayor al que tú no tienes acceso. Y todo sin que tengas que pedirles un gran esfuerzo y de forma gratuita (bueno, unas cañas sí les vas a deber).
Como todo en esta vida moderna, ese boca a boca también tiene su versión digital, que se traduce en el acto de compartir tus publicaciones en las redes sociales y realizar reseñas en los canales de venta que tú mismo debes estimular. Por eso, y aquí viene lo más importante de toda esta entrada, os tengo que pedir a aquellos que ya habéis leído el libro de Viajeros Infrecuentes, que por favor incluyáis una valoración en Amazon o en iBooks o donde buenamente podáis, para que el resto de lectores potenciales sepan que hay más gente que ha leído el libro además del autor. Y puestos a pedir, no estaría de más que la valoración sea positiva, a ser posible xD. Muchas gracias.