Torre de la Concepción, La Laguna

La Laguna, ciudad modelo

Si hay un lugar histórico en Tenerife ese es La Laguna. No solo por protagonizar la historia de la isla y el archipiélago, sino porque se considera la primera Ciudad de Paz del mundo, algo curioso teniendo en cuenta que se fundó después de matar o esclavizar a todo el que había por allí, pero es que fue la primera ciudad sin murallas, y eso en aquella Europa era todo una novedad.

Como sabéis, o intuis cuando os perdéis por el barri gótic o el Madrid de los Austrias, la mayoría de ciudades europeas se fueron construyendo poco a poco a lo largo de los siglos, desde los que juntaron palos y piedras junto al río, a los que levantaron torres en terreno ilegal. Así se fueron uniendo edificios unos a otros, y encima unos de otros, según la necesidad y los estilos de cada época, sin mucha organización, hasta que alguien inventó los planes urbanísticos y las comisiones de los concejales, y lo aplicaron a los ensanches.

Calle de La Laguna, TenerifeSin embargo, La Laguna empezó de cero hace quinientos años, y ¿qué harías tú si construyeras una ciudad de cero? Pues ponerle un poco de orden. Eso pensó el Adelantado Fernández de Lugo, (que no se le llamaba así por espabilado -o sí- sino porque fue al que se mandó a la isla de avanzadilla), que planificó la nueva ciudad de La Laguna en una organizada cuadrícula para convertirla en capital del nuevo territorio.

Diseñó amplias calles, porque ya se circulaba sobre caballos, y los edificios en manzanas o cuadras, porque ya sabían que cuando las casas están muy juntas acaban por quemarse ciudades enteras. Además, se hizo todo proporcionado de manera que la altura de los edificios tuviera no más del doble del ancho de las calles para permitir que corriera el aire y brillara el sol en toda la ciudad. Tal vez entonces no sabían aún que en La Laguna hay más niebla que sol.

Cuando alguien vio lo bonita que les había quedado la nueva ciudad pensó «esto hay que llevarlo a América». Y así fue cómo La Laguna se convirtió en el modelo de las ciudades coloniales del nuevo mundo. Lima, Cartagena de Indias, San Juan de Puerto Rico, La Habana Vieja… todas están inspiradas en la misma ciudad. Es por esto, por ser la primera en su estilo y el modelo de muchas otras, por lo que el casco histórico de La Laguna está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Un tour por La Laguna

Patio canario en La Laguna, TenerifeEsto es lo que se puede apreciar a simple vista: las manzanas, las amplias calzadas empedradas, los edificios casi uniformes (entiéndase amplio y uniforme para la época), las paredes pintadas de colores y los típicos balcones canarios asomando a la calle. Sin embargo, para empaparse bien de la historia y curiosidades de La Laguna hay que hacer un tour guiado de los que ofrecen en Turismo La Laguna, y preparar los pies y los oídos, porque casi en cada casa, palacio o convento, hay un pedazo de historia o una leyenda lo suficientemente interesante para ser contada: rivalidades que acaban modificando el paisaje, monjas enamoradas que escapan del monasterio, otras monjas incorruptas que obran milagros, nobles corruptos, asombrosos benefactores de la ciudad, crímenes espantosos, fantasmas que recorren los pasillos…

Pero no hay que quedarse en las puertas y fachadas, hay que entrar a las casas (a ser posible en las públicas, en las otras es delito), para admirar los típicos patios canarios con sus columnas y balconadas de madera, sus fuentes y sus plantas casi tropicales. Varias de las casas mejor conservadas son ahora museos u oficinas de turismo que permiten ver en detalle las construcciones.

Teatro Leal de La Laguna, TenerifeAlgunos lugares destacables son La Plaza del Adelantado, el Ayuntamiento, los palacios de Nava y Salazar, el Teatro Leal, la Torre de la Concepción, convertida en icono de la ciudad; o cualquiera de las iglesias, capillas y conventos que se reparten por la ciudad. La Catedral, por su parte, no es un alarde de originalidad en su forma porque copia la fachada neoclásica de la de Pamplona, pero tiene la curiosidad de ser la más moderna de España, reconstruida con polipropileno.

La Laguna, por cierto, se llama así porque efectivamente hubo una laguna de agua, no se rompieron la cabeza. Solo que la laguna se secó y quedó un valle muy verde y muy urbanizable entre la cordillera de Anaga y los montes de la Esperanza que suben hasta el Teide, lo suficientemente alejada del mar para evitar a los piratas. Ideal para crear una capital con visión de futuro, con su Universidad, su Obispado, su Capitanía General… hasta que el puerto de Santa Cruz le quitó su preeminencia y capitalidad y, tal vez por eso, permitió que su centro se mantuviera intacto para que lo paseáramos hoy.

 

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